El ejemplo del apóstol Pablo Misionero - Hechos 20:24 - Pr. Eraldo Gueiros

El ejemplo del apóstol Pablo Misionero - Hechos 20:24

"Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí
mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí
del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de
Dios..." Hechos 20:24

Por el Rev. Eraldo Gueiros

(Reflexión escrita en 18/03/2010)

Quien nunca tuvo el privilegio de leer esta extraordinaria declaración del apóstol Pablo, referente a su abnegación y dedicación en dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Este es un texto que inspira una profunda reflexión de nuestra parte en relación al valor que
estamos dando a la obra de evangelismo.

Será que de hecho comprendemos la percepción de Pablo en cuanto a lo que realmente es precioso en la vida?

La palabra precioso viene del latín Pretiosu, y el diccionario define ese adjetivo como: /algo que calificamos como de gran valor o precio, algo inestimable; cosas, personas o situaciones que juzgamos como importantes.

Yo sé que Pablo no hizo ninguna definición sintáctica de la palabra en el texto, pero la forma como ella es usada es muy interesante, porque él propone una comparación de valores.

Alguien puede imaginar que el hecho de que al estar en el ministerio pastor, misionero o de liderazgo en una iglesia hoy, ya es una demonstración de que el llamado de Dios fue encarado como algo más precioso en su vida. Y esto es verdad.

Sin embargo, pienso que la perspectiva de Pablo es un poco más profunda. Porque precioso es aquello que juzgamos como más importantes en nuestras vidas, algo que calificamos como inestimable. Esta comparación de valores no es demostrada en una única decisión tomada en el pasado. Pero es una decisión diaria y constante. Todos los días tomamos decisiones
que demuestran a lo que realmente damos valor. Será que las decisiones que usted hizo esta semana, podemos percibir que la evangelización continúa siendo la obra más preciosa de su vida?

Quien está, hoy, trabajando en algún ministerio de la iglesia, es porque un día tomó la decisión, juzgando eso como más precioso. Pero después de un tiempo, corremos el riesgo de que nuestros proyectos personales roben espacios preciosos en nuestro tiempo y ministerio, haciendo que nuestras decisiones futuras ya no muestren la preciosidad que la evangelización tuvo alguna vez en nuestras vidas.

Cuando Pablo enfoca la preciosidad de su carrera como superior a su propia vida, el hablaba en términos de que él había decidido en el pasado, pero también de las decisiones que él tenía que hacer todos los días, como evidencia de que sus valores no habían sido alterados.
Incluso en las privaciones, amenazas de muerte, críticas y etc.

Me acuerdo ahora, mientras escribo esta reflexión, de una frase que oí en un pasado reciente: Comenzar bien es bueno, pero terminar bien es aún mejor! Como está el ardor de la evangelización en su ministerio hoy? Cuales decisiones que habéis tomado muestran esto?

Mucha gente comenzó bien cuando era seminarista, cuando era nuevo convertido, cuando fue el líder de alguna cosa por primera vez, pero dejó que el fuego se apague, y se acomodó con sus ocupaciones y responsabilidades. Pero peor, ni siquiera nos damos cuenta!

Aprendemos con Pablo que nada, en ningún momento, puede ser más precioso de que el ministerio que recibimos del Señor Jesús Cristo de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios, y que necesitamos continuar esforzándonos y sacrificando, si necesario, para cumplir con alegría esta carrera.

"Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio." 2Tm.4:5.

Que Dios renueve a cada día su carrera de evangelista!

(Pastor Eraldo es Secretario de Misiones del Sínodo Presbiteriano de Pernambuco - Brasil. Es pastor de la Iglesia Presbiteriana de Jordão Alto - Recife,  hace 13 años.)